La necesidad de control y la confianza. 2020
La necesidad de control y la confianza. 2020.
Desde marzo han ido sucediendo cosas que han puesto patas arriba el mundo conocido. De repente nos vimos encerrados en casa, con supermercados sin papel higiénico y estantes vacíos, todo el mundo con mascarillas, miedos. La vida que llamamos “estable” y conocida desapareció de un día para otro.
La ilusión de control.
Así, la ilusión de control sobre nuestra propia vida se vino abajo. Te puedes adaptar o resistir pero la vida sigue su camino. Y no es fácil lanzarse a la confianza. En la vida, en que sabremos guiarnos de la mejor forma. Si no hay equilibrio, la necesidad de control hace que nos aprisione nuestra propia cárcel mental. Si hay exceso de confianza se puede caer en la inacción, en el nihilismo, en no tomar decisiones.
Pero la confianza equilibrada y sana es necesaria para la vida, saber fluir, pero también asumiendo que tenemos responsabilidades, decisiones que tomar y cosas que hacer. Situaciones kármicas que se cumplirán. Un aprendizaje sí podemos sacar del 2020, en lo bueno y malo. La vida no es estable, de repente pasa algo que nos trastoca. No dejar las cosas pendientes y disfrutar el momento, que es único.
Es un tiempo especial, ya que no hemos vivido nada ni siquiera parecido anteriormente.
O es lo que parece. Porque no todos lo vivimos de la misma manera, depende del contexto que viva la persona. Clientes que me cuentan cómo les ha afectado estos meses a sus vidas, o cómo se han ido transformando, pasando por distintas etapas. Amigos que se sienten solos o se han quedado sin trabajo. Gente que vive en situación de ansiedad, de miedo.
Quien tiene la necesidad compulsiva de estar informada a cada minuto para saber la evolución de esta situación. Pero ¿se sabe realmente lo que pasa? El pasado y el futuro parecen lejos, la situación “normal” de antes ya no existe. El futuro es totalmente incierto (como siempre lo ha sido). Y lo de “nueva normalidad” es un absurdo. Si es “nuevo” no es “normal”.
También hay gente, aunque yo he visto menos, que a pesar de todo percibe su vida prácticamente igual, su día a día no ha cambiado mucho.
Y también he conocido unas cuantas personas que están incluso mejor ahora. Y que el 2020 les ha parecido un gran año. Algunos han aprovechado el tiempo para reorganizar su vida, para empezar proyectos…Y quienes son muy optimistas por lo que creen que va a venir. Y no como optimismo ilusorio, tienen ya la certeza que es lo que toca vivir ahora, y que siempre se pueden hacer cosas, que nadie ni nada está por encima de lo que uno ES.
Aunque lo parezca, no todo es el bicho. Y está muy bien seguir con lo que estabamos. O aprovechar, si no nos gustaba la vida que llevabamos, para un cambio profundo. Saber que, aunque las circunstancias han cambiado, siempre hay opciones personales que se pueden tomar, alternativas, gente en la que apoyarnos. Y también ver, discernir, qué está pasando ahora, sin perder la perspectiva. Dejar un poco de ver la TV, las noticias, mirar lo que hay afuera realmente.
Y siempre se podrá afrontar la situación de distintas formas, sacar un aprendizaje, reflexionar, ser conscientes de nuestros patrones, de nuestras creencias. Esto ya ha pasado otras veces. La creencia de que nuestra vida era inamovible y estable y de repente cambiaba por alguna circunstancia. Y a veces, lo que fue algo negativo, se convierte en positivo con el paso del tiempo.
«La fuerza de un espíritu se mide por la cantidad de verdad que puede soportar · (F. Nietzsche)
La vida continúa siempre. Sigue habiendo estrellas que mirar en silencio, el viento sigue soplando.
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