Sueños, convicciones y Will Smith
Era un sueño normal, no lúcido. Me enteraba de alguna forma que un escritor, al que admiraba, estaba firmando libros en un centro de Yoga, en la ciudad. Entonces me fui en coche con la intención de que me firmase uno de sus libros. En el mundo de la vigilia había estado en una charla suya, ya hace años, en la que me había firmado un libro y fue muy amable. Y allí me encontraba en el sueño, detrás de dos personas en la fila esperando a que me firmase ese libro.
Cuando ya era mi turno me di cuenta de que, con las prisas, me había dejado mi libro en el coche (escena habitual de los sueños, el ólvido repentino). Entonces fui rápidamente al coche, que había aparcado cerca, a coger el libro y volver para que me firmase. Fui a la carrera pero la firma de libros había terminado. Había llegado cinco minutos tarde. Pero el escritor, un yogui renunciante, estaba al lado de la mesa donde firmaba y me vio entrar muy apurado. Entonces le pregunté: ¿llego tarde? esperando que me comprendiese, al llevar su libro en la mano. Él me respondió indiferente: “ya ves”. Se giró y siguió a lo suyo.
Me quedé bloqueado, no me esperaba esa respuesta, sorprendido. Confiaba en que esa persona que hablaba siempre de unos valores tan elevados, tuviese la empatía y la comprensión de la situación al verme apurado con su libro y me firmase. A los pocos segundos, todavía en el centro de Yoga, me reproducía mentalmente la escena y me preguntaba: ¿cómo era posible que no me firmase?. Pero no habia querido insistir en que lo hiciese. Cuando ya me iba, llegó un chico, que llegaba apurado como yo y me preguntó a mí: «¿ya no firma?» Le dije que no. Él sí me volvió a preguntar : «¿pero no hay forma de…?» le interrumpí diciendo que no, no había forma. Todavía estaba molesto. Al poco tiempo me desperté con la fuerte sensación de haber sido decepcionado por este escritor, al que yo admiraba por su sabiduría. El sueño había sido muy real.
Los sueños y las proyecciones
Así sucede muchas veces cuando nos despertamos, con un pensamiento o una sensación muy clara acerca de algo. Incluso aunque no seamos capaces de recordar qué hemos soñado. En mi sueño, obviamente era yo el que había proyectado en el yogui alguna parte de mí. Todo lo que había pasado en el sueño era “yo”. Como en todos los sueños se manifiestan los eventos y los personajes que componen al soñador. Esto no es tan evidente, a veces, cuando se malinterpretan sueños y se sigue proyectando en el exterior lo que únicamente depende de uno mismo.
A los pocos minutos de haber tenido ese sueño, me preguntaba: ¿qué hubiese pasado si fuese un sueño lúcido en lugar de uno corriente? Me imaginaba la situación del sueño siendo lúcido. Yo me acercaba a que me firmase el libro cuando había terminado la firma. Igualmente llegaba tarde. Pero entonces, sabiendo que era un sueño, le podía decir tranquilamente al Swami: “perdón por haber llegado tarde, pero estás dentro de mi sueño y me gustaría que me firmases el libro”. Entonces podría esperar que él se riese de la situación y me firmase o cualquier otra cosa. Sería igualmente mi proyección.
Aunque parezca increíble, así ocurre continuamente en la vigilia. Obviamente interactuamos unos con otros, pero todavía siguen siendo proyecciones de cada uno lo que vemos. Sigue siendo parcialmente “real” , o sólo “nuestra realidad”.
La escena de Will Smith
Podemos ver una escena en la que una persona agrede a otra. Un ejemplo conocido ha sido la bofetada del actor Will Smith en la gala de los Oscar.
Ha sido muy comentada e interpretada de distintas formas. Una persona siente rechazo inmediato porque detesta cualquier tipo de violencia, otra entiende la reacción porque rechaza la violencia verbal y los insultos al físico o empatiza al no soportar que critiquen a su pareja, otra persona tiene el recuerdo de cuando fue agredida alguna vez, sin relación aparente con la escena. Otra persona ve machismo y a Will Smith como un indeseable agresor. Quien lo ve como un acto de defensa o justicia. Y quien lo ve como un montaje de actores, como parte del espectáculo o con intereses de algún tipo. Hay un contexto, una historia previa de cada personaje, pero lo que impacta siempre es la imagen.
Y puede que todo sea eso, un montaje. Sólo es el ejemplo de una escena. Pero más allá de las interpretaciones sobre el hecho en sí, hay una parte nuestra en cómo interpretamos el mundo que tiene que ver con nuestras proyecciones. Igual que en los sueños. De ahí que sea a menudo complicado que nos entiendan las personas. Empezando por nosotros mismos. Las convicciones pueden ser importantes en los valores, pero son un obstáculo duro en la interpretación de lo que pasa y nos pasa. Hace falta perspectiva, que sea lo más amplia posible. Discernimiento. Y también en el mundo que nos cuentan otros, en los medios de comunicación, por ejemplo. Que para algunas personas SON la realidad. Pero ese es otro tema…
De los textos que más me han gustado, muy buena narrativa y sobre todo muy claro para aquellos que no somos muy doctos en la materia, me gusta mucho lo de la interpretación Dell sueño, soy de esos que maneja sus sueños, casi siempre a mi antojo
Gracias. Entonces a disfrutar de los sueños!!