Un análisis detallado sobre los distintos enfoques y teorías transpersonales. En todo el libro van apareciendo esquemas gráficos que explican con detalle las teorías de cada autor. Es uno de los más completos para entender el desarrollo y el estado actual de la transpersonal, las sólidas bases filosóficas en las que se sostiene. Y las investigaciones hechas por los autores, experienciales, espirituales y antropológicas.

Comienza distinguiendo 2 grandes caminos dentro de la Psicología transpersonal. En función de que sigan un camino de transformación descendente inmanente, horizontal. O por otro lado un camino ascendente trascendente, vertical. Para llegar a esa distinción se basa en la distinción de 2 períodos preaxial y axial (en torno al 800-200 ac) donde se pasó de vivir en armonía con la naturaleza a buscar la salvación y desarrollo espiritual personal.

En el período preaxial con las prácticas animistas se buscaba el bienestar de la comunidad, y el mundo espiritual estaba incluido en el natural, no por encima de él. Mientras que en el siguiente período axial, donde emergen las grandes religiones, se busca ascender para llegar a la iluminación, salvación, liberación, nirvana, según la tradición.

Así, bajo esta distinción fundamental, descendente (preaxial) y ascendente (postaxial) clasifica a los autores transpersonales: Jung, Maslow, Grof, Washburn, Ferrer y Wilber (en la primera época) serían descendentes y Assagioli y Wilber (más reciente) serían ascendentes.
Daniels también se inclina más por el camino descendente, igual que dice Ferrer (yo también lo pienso) la filosofía perenne que suele acompañar a la psicología transpersonal, debería incluir la visión animista y chamánica preaxiales. Sin situarla como un nivel inferior en la escalera de categorías de Wilber, por ejemplo.

Habla en un capítulo de lo paranormal, que la psicología convencional ignora, pero que tiene intereses en común con la psicología transpersonal como en las experiencias cercanas a la muerte (ECM) la experiencia chamánica, los sueños lúcidos, experiencias religiosas, sincronicidad, fenómenos psicoquinéticos, etc. Estos fenómenos también han sido estudiados por grandes psicólogos como W. James, Jung, Grof, entre otros.
También analiza conceptos conocidos en psicología (y en el new age) como el holismo, querer ir ¨más allá del ego” puede ser una trampa que lleve a la persona a caer en un materialismo o narcisismo espiritual. Más bien sería un camino común, no diferenciado, entre lo mundano y lo espiritual. Una espiritualidad participativa como dice Ferrer.

Así analiza el concepto de la sombra, no sólo de la sombra individual, sino de la propia psicología transpersonal y del mundo espiritual, cuando se busca el bienestar de una forma ingenua, una iluminación que niega la realidad psicosocial y pretende ignora el mal para que desaparezca.

Además dedica un apartado al futuro de la psicología, que debería unir la teoría con la práctica, la investigación y el desarrollo espiritual sin perder la perspectiva de la diversidad de formas de espiritualidad. Ni olvidar que es importante comprender las formas indígenas para entender los fenómenos transpersonales.